¿Te duele la espalda? Puede ser una desviación de columna

La escoliosis es una desviación de la columna, un problema que aparece en la infancia y que si es leve a veces ni somos conscientes. Sin embargo, de adulto puede dar problemas y conviene evitar errores que provoquen más dolor.

El 80% de la población ha sufrido dolor de espalda al menos alguna vez en su vida. Muchas veces el origen se encuentra en un problema de musculatura, de osteoporosis, etc.

Pero también puede existir una desviación de columna que no se haya diagnosticado o que por ser pequeña no se le dio más importancia.

Un problema común

El problema de la desviación de columna o escoliosis está mucho más extendido de lo que se cree. De hecho se calcula que puede afectar a entre un 2 % y un 3 % de población y muchos no lo saben. Y es que solo uno de cada 500 requiere tratamiento en la infancia.

La escoliosis idiopática, la más usual, no tiene una causa conocida

El desvío, si es leve, no suele causar síntomas en los niños y adolescentes. Solamente es cuando la persona se hace adulta que provoca otros problemas y se descubre entonces el origen.

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  • En los casos más genéricos y habituales es un problema que aún no se sabe por qué se origina. Se llama escoliosis idiopática (que quiere decir de causa desconocida).
  • En casos muy puntuales la escoliosis puede provenir de malformación fetal o parálisis cerebral.

Efectos de la escoliosis

Las principales complicaciones con las que pueden encontrarse los adultos son:

  • Dolores de espalda. Los adultos con escoliosis de pequeños tienen mayores riesgos estadísticos de sufrir un dolor crónico en la espalda.
  • Cambio postural. A veces la escoliosis va haciendo que la persona coja malas posturas, pueden aparecer leves deformaciones, como costillas más prominentes, caderas desalineadas, un hombro más alto que el otro o tendencia a inclinar el tronco hacia un lado.
  • Cardíacos o de pulmón. En los casos más graves, que no dejan de ser muy minoritarios, la desviación puede provocar un cambio en la posición de la caja torácica. El resultado sería que la persona siente comprimidos los pulmones y no respira bien.
  • O puede afectar al corazón y que no le deje bombear bien la sangre. Este caso suele verse ya en la adolescencia y es el que se suele operar con más frecuencia.

Qué puedes hacer para evitar el dolor

Para evitar que esta desviación de columna te impida hacer vida normal:

  • Levántate de la cama con suavidad. Eleva primero los brazos, estira las piernas, ponte de lado e incorpórate lentamente hasta sentarte en el borde de la cama.
  • Siéntate recto. Mantén la espalda lo más recta posible y el coxis completamente apoyado en el respaldo. Deja reposar la nuca y coloca los brazos sobre el reposabrazos. Tu cuerpo debe quedar en forma de L.
  • Camina sin encorvar los hombros. Mantenlos rectos, saca pecho y con el abdomen hacia dentro, como si fueras en un desfile militar.
  • Al recoger algo del suelo, agáchate doblando las piernas con la espalda recta. Acerca el objeto a tu cuerpo y estira de nuevo las piernas para subir. Cuando quieras devolverlo al suelo, baja doblando las rodillas manteniendo la columna erguida. Así tu espalda sufrirá lo menos posible.

Cuándo ir al médico

“Cuando los pacientes llegan de adultos es muy raro que la escoliosis vaya a aumentar, como mucho lo hará un grado cada dos o cinco años”, tranquiliza el doctor Juan Antonio Aguilera, miembro de la Sociedad Española de Columna Vertebral.

Lo que se dan son una serie de consejos posturales como los que acabamos de ver. En cualquier caso si el dolor es persistente se pasa a un fisioterapeuta para una serie de sesiones y se recomienda una revisión anual con el especialista para poder seguir la evolución.

Con un cuidado postural podrá hacer vida normal y sin dolor

  • El ejercicio es una de las mejores formas de combatir el dolor provocado por esta causa. Deportes como la natación ayudan a fortalecer la musculatura lumbar de forma que no sea la columna la que soporte todo el peso. Si la musculatura ayuda a la columna, disminuirá la tensión sobre ella y por tanto, el dolor.
  • Si el dolor es muy acusado, el médico puede recetar calmantes, antiinflamatorios o relajantes musculares.

En determinados casos poco frecuentes la escolisis aparece ya en la vida adulta y de manera muy pronunciada. Suele tener origen en otra enfermedad, como el parkinson. En ese caso puede recomendarse el uso de un corsé, pero son muy puntuales.

“Lo que hay que evitar es crear falsas expectativas al paciente. La escoliosis de adulto no se cura. Pero si el paciente ha podido vivir bien hasta entonces, no hay razón por la que con un cuidado postural no pueda seguir haciendo vida normal y sin dolor”, añade el doctor Aguilera.

Gestos habituales en casa

En el día a día también hacemos una serie de movimientos que nos perjudican. La regla general es que cuando estés de pie procures mantener la cabeza en alto, sin inclinarte hacia delante, un error que verás que se hace muy a menudo en tareas caseras:

  • Al planchar. En este caso, la solución es procurar que la tabla de planchado esté lo suficientemente alta para que no te obligue a inclinarte.
  • Si has de estar rato de pie, descansa un pie sobre un taburete y altérnalo con el otro pie.
  • Al hacer la cama. Ve a cada lateral para extender la sábana y evita tener que estirarte.
  • Tampoco dobles la espalda. Dobla las rodillas para levantar el colchón.
  • Al barrer o fregar, coge el mango con las manos a una altura entre el pecho y la cadera.
  • Cuando lo levantes, compensa el peso del cubo de agua alejando el otro brazo del cuerpo para que la espalda no se ladee mucho.

sabervivirtv.com

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