Cada vez más jóvenes se someten a este tipo de intervenciones. Pero una prótesis no tiene por qué estar reñida con la práctica de ejercicio, después de la rehabilitación y bajo supervisión médica.
Es frecuente que, al oír hablar de prótesis de cadera o de rodilla, la primera imagen que se nos venga a la cabeza sea la de una persona de edad avanzada. También tendemos a pensar que, tras una cirugía de este tipo, la vida deportiva del paciente se ha terminado. Pero nos equivocamos: cada vez es mayor el número de personas jóvenes o de mediana edad que se someten a este tipo de intervenciones y que aspiran a seguir practicando deporte con la misma intensidad.
Así lo explica el doctor Joan M. Burdeus Gonzáles-Solís, traumatólogo del Hospital Universitari Sagrat Cor, que destaca el incremento de la cirugía protésica en jóvenes “debido a lesiones en la rodilla o la cadera tras accidentes o traumatismos. Los accidentes con bicicleta, patinete y deportes de riesgo son cada vez más habituales, con secuelas que pueden precisar implantes protésicos para evitar el dolor al paciente y normalizar su actividad”.
En principio, la colocación de una prótesis debe ser la última opción; antes se debe intentar tratar la lesión con fisioterapia, farmacología y terapias biológicas (como las células madre o las infiltraciones con ácido hialurónico). Si, finalmente, se necesita recurrir a una cirugía de prótesis de rodilla o cadera, los pacientes deben ser avisados de las limitaciones que les puede generar, en lo que a fuerza y movilidad se refiere, una articulación ‘artificial’. Sin embargo, continúa el especialista, “la mejora constante en el diseño de los implantes y de la técnica quirúrgica hace que cada vez estemos más cerca de superar las expectativas de nuestros pacientes”.
En este sentido, el doctor Burdeus ya ha comenzado a implantar prótesis ‘custom made’ o totalmente personalizadas de las que explica que «son el futuro. El hecho de que actualmente se practique tanto deporte de impacto perjudica sobre manera rodillas y caderas en pacientes jóvenes que no quieren renunciar a sus prácticas deportivas y puedan llevar a cirugías reconstructivas múltiples que precisen a la larga implantes protésicos no standard para su solución. Asimismo, son la respuesta a alteraciones congénitas o secundarias a otras patologías que no hallen respuesta en los implantes actuales habituales. Entre estas alteraciones destacan malformaciones congénitas, o perdida de estructura anatómica y ejes anatómicos habituales por otras patologías: tumores, traumatismos, recambios protésicos repetidos con la pérdida de stock óseo secundario, entre otras».
¿Cuánto dura la recuperación?
En el caso de una prótesis de cadera, explica el doctor Burdeus, “estimamos que el paciente puede volver al trabajo sin problema a los cuatro meses de la intervención. No obstante, tendrá ciertas limitaciones, porque notará sensaciones debidas al acoplamiento del implante y a la cicatrización; estas suelen desaparecer entre los seis y los 12 meses después de la operación”.
Con respecto a la prótesis de rodilla, “actualmente utilizamos un sistema de bloqueos neurológicos que permiten una reducción importante del dolor posoperatorio sin bloquear la parte motora (fuerza muscular). Esto permite iniciar una recuperación inmediata el mismo día de la intervención, con movilización y deambulación rápida, con lo cual reducimos exponencialmente la atrofia muscular y afectación vascular tras la cirugía”. En cuanto al posoperatorio, el paciente precisará usar muletas durante un breve tiempo, pero caminando con apoyo inmediato. Las molestias se van reduciendo progresivamente con movilidad y podrá recuperar por completo su actividad entre seis y 12 semanas después.
¿Cuándo podré volver a hacer deporte?
La buena noticia es que una cirugía protésica de este tipo no está reñida con la práctica de ejercicio; eso sí, en un primer momento hay que hacerlo de forma controlada y bajo la supervisión del médico. Las prótesis de rodilla, en principio, no tiene por qué implicar una limitación real en la práctica deportiva, explica el doctor Burdeus, aunque advierte de que “cualquier deporte de impacto, como correr o saltar, implica una sobrecarga añadida sobre la prótesis; esto puede conllevar una duración menor en el tiempo de la fijación entre la prótesis y el hueso. Siempre se debe informar de esto al paciente. En lo que se refiere a la prótesis de cadera, solamente tiene limitaciones en grados de rotación y flexión excesivos”.
Entonces, ¿qué deporte es más adecuado practicar? En primer lugar, caminar. Si vamos a salir a andar, al principio es recomendable utilizar bastones de ‘trekking’: “Así, el peso del cuerpo se reparte y se consigue que las extremidades superiores carguen con al menos el 30% del esfuerzo”, indica el especialista.
La natación es otro de los deportes más recomendables, tanto en la prótesis de rodilla como en la de cadera, pudiendo practicarla a partir de la sexta semana de recuperación. De todos modos, el doctor recomienda cautela: “Siempre con mucho cuidado al entrar y salir de la piscina, al subir o bajar por la escalera”. Por otro lado, el movimiento suave de la bicicleta estática lo convierte en un deporte óptimo para la rehabilitación tras la intervención. Para evitar daños, es fundamental hacerlo sin resistencia, sin prisas y controlando el tiempo.
Una vez pasado el tiempo recomendado por el cirujano, ya podemos comenzar a realizar deportes de más intensidad. Debemos empezar por aquellos que no implican mucho impacto o contacto físico, como pádel o ciclismo. Siempre, eso sí, muy despacio y bajo supervisión. Entre las actividades a evitar por parte del traumatólogo, se encuentran “las que más impacto generan, como aeróbic, baloncesto o fútbol, entre otras. Salvo permiso del médico, deben no practicarse”.
En cualquier caso, los especialistas siempre tienen en cuenta los hábitos deportivos del paciente y cuál era su actividad física antes de la intervención. “Estamos capacitados para proporcionar al paciente un buen plan para que pueda mejorar sus condiciones físicas y reincorporarse lo mejor posible al ejercicio. Pero siempre deberemos comenzar por la rehabilitación básica antes de lanzarnos a practicar ningún otro ejercicio o deporte”, concluye el doctor Burdeus.
Fuente: El Confidencial