Dolor pélvico

Al dolor que se localiza en la zona debajo del ombligo le llamamos dolor pélvico. La causa del dolor varía, porque hay diferentes órganos en la pelvis y, además de esta zona, los cambios patológicos en otros sistemas de órganos a veces «determinan el dolor».

Puede entonces ser de naturaleza completamente diferente y apuntar a diferentes patologías según los órganos y tejidos dañados Tres órganos son básicos dentro de esa zona: Los problemas del intestino y sus glándulas, los de la vejiga y los riñones y en mujeres se añaden los órganos reproductores. Dolores en esos órganos, tienden a tener especificidad y a ser diferentes de la patología del dolor pélvico relacionado con huesos articulaciones músculos y nervios, aunque tengan relación con este.

La patología pélvica es oculta. Oculta porque ni el paciente la quiere reconocer, ni los sistemas de salud le prestan importancia debida. Ambos por razones diferentes.

Varios dolores varios órganos

Lo cierto es que, si hablamos de la vejiga, la llamada incontinencia urinaria, por ejemplo, es un problema común. Tiene que ver con retención y expulsión de orina. La capacidad de contener la orina y controlar la micción, depende de la función normal de las vías urinarias inferiores, de los riñones y del sistema nervioso y de lo sano de esos tres sistemas. Además, las causas del dolor pélvico pueden estar asociadas con una función intestinal alterada. Dichos dolores se acompañan de signos característicos: hinchazón, estreñimiento o diarrea. La formación de cálculos renales también puede causar dolor en la parte inferior del abdomen. Y los dolores debido a los órganos reproductores en la mujer es otra causa de múltiples problemas.

Pero todas ellas, son patologías típicas. Por consiguiente, en el problema pélvico, estamos ante varios problemas: ginecología, urología, gastroenterología, neurología y musculatura y sistema óseo que muchas veces se asocian.

El dolor articular, muscular y nervioso

Las personas que están afectadas de dolor de este tipo en la región pélvica, pierden movilidad. La cadera comienza a doblarse mal, el dolor en ambas direcciones impide el movimiento. La persona siente rigidez y malestar en los movimientos. Esto se debe a la conexión de columna, rodilla y la cadera a través del encaje de las terminaciones nerviosas, músculos, huesos etc. La pelvis ayuda a que la parte inferior de las piernas (piernas) se adhiera bien al esqueleto.

Pero el verdadero problema es complejo. Considere en eso, los músculos del piso pélvico la estructura y funcionamiento de las articulaciones y los nervios, la movilidad en la espalda, la pelvis y las piernas y la función nerviosa y muscular en ello, tanto en hombres como en mujeres. Estudios internacionales muestran que entre el 10 y el 14 % de todos los hombres, padecen el síndrome de dolor del suelo pélvico en algún momento de su vida. Según estudios, las mujeres y los hombres con síndrome de dolor en el suelo pélvico, también sufren al menos, una enfermedad mental, más comúnmente ansiedad y depresión, a veces como consecuencia del dolor.

Cuando la pelvis se desgasta, se vuelve frágil y vulnerable. Luego aparece un dolor agudo en la región pélvica. Las articulaciones se desgastan, los músculos pierden masa o se lesionan. Una persona no entiende lo que le está pasando. Para eliminar el dolor pélvico, primero se debe averiguar las causas de las enfermedades que lo provocan. La causa del dolor pélvico puede ser el cartílago inflamado, que también tiene la propiedad de colapsarse y desorganizarse, Cuando esto sucede, el hueso pélvico puede quedar desnudo, por lo que roza contra otro hueso de la cavidad pélvica. Esta fricción mutua causa dolor. huesos, articulaciones y nervios también sufren inflamación y desgaste o lesiones.

El dolor pélvico también puede ser consecuencia de mal funcionamiento de las articulaciones: dolor en las articulaciones inflamadas. Las causas Podrían ser: Inflamación propia de tendones y articulaciones debidas a procesos degenerativos propias de la edad, enfermedades crónicas de huesos y articulaciones, Infecciones en el cuerpo (incluso ocultas), Tumores cerca de las articulaciones o en huesos, alteraciones en la composición de las estructuras debido a traumatismos.

Los síntomas del dolor pélvico a menudo comienzan con una limitación de la movilidad. Como con cualquier movimiento, el dolor aumenta, interfiere con el movimiento normal, causando molestias tanto físicas como emocionales. Una persona siente rigidez y actividad física limitada, por lo que muchas veces tiene que abandonar la rutina habitual del día y se afecta su sociabilidad (origen de los emocional de esta enfermedad). Además, el dolor en el área pélvica se puede dar en la rodilla, lo que hace que la rodilla se doble y funcione mal. Esto se debe a que la región pélvica y la rodilla están conectadas por terminaciones nerviosas.

El dolor en el área pélvica, puede estar asociado con daño muscular. Entonces se vuelve muy doloroso el sufrimiento. Una causa muy grave de dolor pélvico son los traumatismos y las fracturas, que lesionan mucho la organización y funcionamiento de huesos, articulaciones y músculos.

Tratamiento

Independiente del origen del dolor, el objetivo del tratamiento es un claro alivio de los síntomas y una mejor calidad de vida, y muchos pueden dejar de sentir dolor.

Dependiendo de las características del dolor, debe buscarse el médico y el tratamiento adecuado, pero es ese primer médico, el que, dependiendo del tipo de dolor, puede derivar a otro especialista, si durante el diagnóstico determina que el dolor tiene un origen diferente. Es muy frecuente que el problema radica en la enfermedad no de un órgano, sino de varios. Debido a que los órganos pélvicos están cerca uno del otro, pueden afectarse directamente entre sí. En este caso, se necesita un enfoque integrado de tratamiento y seguimiento para varios médicos especialistas al mismo tiempo.

La prevención

La prevención del dolor en la región pélvica, consiste en medidas preventivas con respecto al trabajo de todos los órganos ubicados en esta área. Primero, es necesario excluir la posibilidad de enfermedades infecciosas. Que suele ser a menudo la razón por la que contacta a un médico. A la primera señal de enfermedades infecciosas, se debe seguir el tratamiento inmediato, porque la infección no tratada a tiempo, tiene la propiedad de complicar el trabajo de muchos órganos. También se debe evitar fumar. Pocas personas saben que la nicotina puede causar no solo cáncer de pulmón, sino también cáncer de vesícula biliar y vejiga. Para prevenir infecciones venéreas, uno debe recordar acerca de la anticoncepción y probar pruebas de control periódicas regulares. Algunas veces, con la compresión constante del área pélvica con la ropa, pueden ocurrir cambios en los órganos. Los médicos también recomiendan controlar la dieta y finalmente la actividad física adecuada.

En trastornos musculo esqueléticos y nerviosos, el tratamiento depende de la causa, localización del origen del dolor y va desde fisioterapia, medicamentos, hasta cirugía.

El tema del embarazo

Un tema de importancia en este malestar es el embarazo y el parto: En mujeres por encima de 35 años padecen con problemas de espalda baja y dolor pélvico, se dice que en el 10-20% de ellas el problema comenzó durante el embarazo. Se estima que un 30% de mujeres que dan a luz, padecen de dolor pélvico.

El embarazo es un factor de riesgo significativo para el dolor pélvico crónico. La mitad de todas las mujeres embarazadas experimentan problemas de espalda, y en 2/3 se considera que los problemas se originan en la pelvis. Las causas descritas del malestar pélvico son los efectos hormonales durante el embarazo, la debilidad muscular, el daño de los ligamentos antes o durante el parto y el tamaño del feto. Al parto, los huesos pélvicos divergen y pueden lesionarse, formarse hematomas, etc. Todas las razones mencionadas pueden ser posibles, dependiendo de cómo el cuerpo de la mujer maneje la condición de embarazo. Los últimos años de investigación, señalan la importancia de una buena estabilidad sobre las articulaciones pélvicas, especialmente durante el embarazo, donde es necesaria una mayor movilidad de las articulaciones pélvicas, inducida por hormonas para permitir el parto vaginal.

Otro elemento del problema pélvico es la incontinencia. Muchos relacionan la aparición de la incontinencia con el parto. Así como se daña la función de control de la vejiga del piso pélvico, su papel como parte del sistema estabilizador alrededor de la pelvis puede verse comprometido durante el parto. El entrenamiento del suelo pélvico tiene un buen efecto en los problemas de incontinencia y también debería ser posible tener un buen efecto al entrenar su función estabilizadora.

Fuente: La Hora

Llamar
Como llegar