«Una vez que la rodilla haya recuperado su movimiento y fuerza, es probable que su médico le permita reanudar sus actividades con normalidad. Un retorno completo a los deportes más exigentes puede llevar más tiempo».
Cuando se produce un primer episodio de luxación de la rótula ya sea de manera parcial o completa, generalmente cursa con dolor y pérdida de la función.
En ocasiones, la rótula se reduce a su posición original de manera espontánea sin necesidad de realizar maniobras. En otros casos, permanece luxada lateralmente hasta que se producen maniobras de reducción.
En cualquier caso, tras un primer episodio de luxación requerirá tratamiento para aliviar los síntomas de inflamación y dolor y realizar una inmovilización temporal de la rodilla para una correcta cicatrización de los tejidos.
¿Cuáles son los síntomas de luxación de la rótula?
Los síntomas asociados con una luxación rotuliana dependen de la intensidad del episodio y su reducción espontánea o no.
En general, este primer episodio, produce dolor, inflamación, inseguridad de rodilla y si la rótula permanece luxada, una evidente deformidad estética de la rodilla debido a que la rótula se sitúa lateralmente.
Los síntomas más habituales son:
- Dolor.
- Inflamación.
- Inestabilidad de la rodilla.
¿Cuáles son las causas de la luxación rotuliana?
Hay varios motivos por los cuales la rótula puede volverse inestable o luxarse. En muchos casos, la rótula se luxa con un mecanismo de poca fuerza debido a una anomalía en la estructura ósea de la rodilla del niño que está en formación y crecimiento.
Un surco troclear femoral poco profundo, ejes valgos de la rodilla o alteraciones torsionales en los miembros inferiores puede hacer más probable la luxación.
En ocasiones los tejidos blandos (musculatura, ligamentos…) presentan más laxitud o poco tono muscular, haciendo que haya más propensión a la luxación. Esto ocurre con más frecuencia en las niñas, y el problema puede afectar ambas rodillas.
Los niños con parálisis cerebral y síndrome de Down pueden tener rótulas que se dislocan con frecuencia debido a un desequilibrio y debilidad muscular.
En otras ocasiones, las luxaciones rotulianas suceden tras un traumatismo lateral o torsión en personas sin alteraciones en las estructuras comentadas… Esta incidencia es más común en deportes de alto impacto, como el fútbol.
¿Cómo se diagnostica la luxación de la rótula?
Si la rótula vuelve a colocarse en su lugar, debe consultar a su médico lo antes posible.
Durante el examen, su médico le preguntará acerca de cómo ocurrió la lesión y los síntomas específicos.
También evaluará el rango de movimiento, ejes y mediante pruebas de imagen confirmará el diagnóstico y su posible origen.
- Rayos X
Esta prueba detecta anomalías esqueléticas en la rodilla. - Resonancia magnética (MRI) y tomografía axial computerizada (TAC)
Estas exploraciones se solicitan en ocasiones para valorar el estado del cartílago, alteraciones rotacionales óseas o si se sospecha la presencia de lesiones asociadas como cuerpos libres.
¿Cómo se trata la luxación de la rótula?
El tratamiento inmediato es la reducción de la luxación.
Fase inicial: Inmovilización y carga parcial con muletas. Su médico puede recomendar el uso de una férula ortopédica durante 3 a 4 semanas. Esto estabiliza la rodilla mientras cicatrizan las lesiones.
Fase recuperación: Aplicación de terapias físicas para disminuir la inflamación y comienzo de tonificación muscular.
La rehabilitación posterior trata de conseguir una recuperación funcional prácticamente completa si bien existe mayor riesgo de presentar nuevos episodios hasta en un 40-60% de los casos.
La rótula a menudo permanece más inestable que antes de la lesión. Las recurrencias también son comunes si la luxación presenta causas no corregibles de manera conservadora.
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