Muchos pacientes acuden a consulta del traumatólogo por dolor de rodilla, y muchos ya llegan a consulta con una resonancia magnética que ha pedido su médico de cabecera u otro especialista. El problema viene en que muchos pacientes abren esa resonancia magnética, leen el informe y: ¡Dios mío! ¡Tengo el menisco roto!
Qué se debe saber ante una situación como esta. Lo primero de todo, cada paciente es un mundo y cada rodilla también, por lo que no debemos hacer caso de lo que digan nuestros vecinos, amigos, abuelas o demás personas, cosas como “Madre mía, conozco a Fulanito que se quedó inválido”, “A Menganito le operaron y ya no juega más al fútbol”, “Infíltrate y te curas”, … Por favor, acudid a un especialista en Traumatología.
Los meniscos (interno y externo) son estructuras cuya función es muy importante en la rodilla: almohadillado, absorción de impactos, estabilidad, lubricación, etc. Es por ello que deben ser conservados siempre que sea posible (aún se ven “desastres” de cirugías de hace muchos años en las que se extirpaban los meniscos completamente).
Lesión de menisco: aspectos a tener en cuenta
Ante una lesión de menisco debemos tener en cuenta las siguientes cosas:
1.¿Cómo es el dolor?: es muy importante esta cuestión. No es lo mismo un dolor de rodilla que se ha producido de manera súbita, ante un mal giro haciendo deporte, por ejemplo, que un dolor de rodilla de años de evolución que ha podido aumentar. Para poder saber el tipo de dolor y el posible diagnóstico, os emplazo a este artículo sobre el dolor de rodilla dónde lo explico de forma más detallada.
2.¿La rodilla está o se ha inflamado? Esta cuestión también nos informa sobre ese menisco lesionado, ya que en casos de meniscos rotos hay mayor frecuencia de derrame articular. Si la rodilla está excesivamente inflamada, podría ser necesario “pincharla” para liberar de esta tensión a la rodilla y ver el color del líquido saliente. Si el líquido es amarillo, puede ser una buena señal porque tendríamos menor riesgo de lesión de ligamento cruzado (en ese caso sería de color rojizo).
3.¿Edad? Es muy importante, ya que no es igual una lesión de menisco en un paciente de 20 años que en una persona de 75 años. En mi experiencia y en la de múltiples estudios científicos, una gran mayoría de personas adultas por encima de 60 años tienen el menisco roto de forma degenerativa y no precisan de cirugía. ¿Por qué? En consulta me gusta hacer el símil con la rueda de un coche; el menisco es una almohadilla la cual, a más kilómetros recorridos, mayor desgaste del “neumático” y mayor frecuencia de lesión. De ahí que sea mucho más frecuentes en adultos y en personas de edad avanzada.
4.¿Profesión? Otro factor a tener en cuenta ya que nos informa de la necesidad o no de cirugía. No es lo mismo un paciente fontanero por ejemplo, que debe trabajar con la rodillas flexionadas y realizar esfuerzos, que una persona que trabaja en un despacho.
5.¿Deporte? Todos debemos practicar deporte, ya que son más que conocidos los beneficios que nos aporta. Ahora bien, en casos de lesiones por el deporte es cuando nos viene a la mente esa frase tan escuchada como “¡El deporte no es sano!” Aún así, si, el deporte es sano. Estamos en el 2017, y los traumatólogos y demás especialistas sanitarios estamos formados para intentar dar la mayor calidad de vida a nuestros pacientes. Es por ello que, ante una lesión de menisco, no debemos alarmarnos y pensar que nuestra actividad deportiva se ha terminado porque hay soluciones.
Si una persona aficionada a correr, por ejemplo, tiene una lesión de menisco, el objetivo de médico, fisioterapeuta y paciente debe ser continuar corriendo con el menor dolor posible.
Deportes como el ciclismo o la natación son más bondadosos con la rodilla, mientras que deportes como el fútbol, baloncesto, tenis, etc., son más explosivos y pueden limitarnos más con una rodilla lesionada. Aun así, me reitero, el objetivo debe ser continuar con el deporte preferido.
6.¿Rodilla bloqueada? Es muy importante, ya que una rodilla que no podemos extender o flexionar completamente puede estar informándonos de una lesión más grave de menisco. Es la llamada rotura “en asa de cubo”. Este tipo de roturas meniscales producen un bloqueo de la rodilla y, en estos casos, la cirugía debe ser preferente.
7.Exploración de rodilla. Es lo básico y lo primero que debemos realizar antes de pedir una resonancia magnética. ¿Por qué? Porque en la resonancia muchas veces tenemos exceso de información, es decir, hay pacientes sin dolor de rodilla con un menisco roto en la resonancia y pacientes con mucho dolor sin rotura meniscal. Por ello, se debe pedir la resonancia magnética en casos en los que sospechemos lesiones graves por la exploración. En esta exploración y mediante varias maniobras, el traumatólogo podrá saber el origen del dolor y, en casos de duda o para confirmación, podrá solicitar la resonancia.
Por ejemplo:
Paciente 1. Varón 65 años, dolor de años de evolución, menisco roto degenerativo en resonancia magnética. ¿Solución? No operar. El dolor muy probablemente sea una suma de factores, podría beneficiarse de tratamiento fisioterápico o valorar infiltraciones de ácido hialurónico o plasma rico en plaquetas en función de cada caso.
Paciente 2. Mujer, 28 años, giro brusco de rodilla con bloqueo, resonancia con lesión de menisco en asa de cubo: cirugía preferente.
Paciente 3. Varón, 48 años, trabaja en oficina pero su afición es el senderismo. Dolor de rodilla al ponerse en cuclillas, con derrames de repetición, que le impiden hacer su deporte. Resonancia magnética con rotura de menisco interno: podría ser candidato a cirugía.
¿Cómo se opera el menisco?
Hoy en día, el 100% de las operaciones de menisco, se realizan por artroscopia, es decir, con una cámara en el interior de la rodilla. Ello nos permite hacer muy poco daño al paciente, las cicatrices son mínimas, y la recuperación mucho más rápida. En esta cirugía de menisco el cirujano debe tener una máxima: intentar reparar el menisco o, en caso de necesidad, quitar el menor menisco posible.
¿Cómo y cuándo se repara el menisco?
El menisco se divide en 3 zonas en función de la llegada de sangre: zona roja-roja, zona roja-blanca y zona blanca-blanca. Mi elección, en zonas roja-roja y roja-blanca, intentar la reparación del menisco con la sutura meniscal. Esto es “coser” el menisco, sin quitar nada, por lo que si la cirugía es exitosa tendremos un menisco completo. Un problema, no todas las suturas “pegan” y la recuperación es bastante más larga, unos 3-4 meses.
Si el menisco no puede ser reparado (zona blanca-blanca), que es lo más frecuente, ¿qué hacer? En ese caso debemos quitar única y exclusivamente la zona rota del menisco. Esto quiere decir que, una vez operada una rodilla y dejando el máximo de menisco posible, el menisco restante podría volverse a romper, eso sería indicativo de que la cirugía ha sido conservadora. Al mismo tiempo, con la rodilla anestesiada, el cirujano debe explorar el resto de la rodilla por si hubiese alguna lesión más. La recuperación de esta cirugía, en mi práctica, es muy rápida, ya que pongo a mis pacientes a caminar a las 24h de la cirugía y, habitualmente, vuelven a su actividad normal a las 3 semanas aproximadamente.
Esto es lo básico que he considerado que debemos saber en cuanto a las lesiones de los meniscos, algo tan habitual y que tanto miedo produce a muchos de mis pacientes. Si te ha gustado, te ha ayudado o piensas que podría ser útil a los pacientes.
Fuente: sport.es