Si un hueso se desencaja de la articulación y no vuelve a su posición natural, se produce una dislocación o luxación. Se trata de una lesión frecuente, por lo que es importante saber cómo actuar en estos casos.
Signos y síntomas de una luxación
Las luxaciones y subluxaciones, como la mayoría de las lesiones traumatológicas, presentan unos signos y síntomas característicos. En ocasiones puede ocurrir que a simple vista no se pueda determinar el tipo de lesión, si es una subluxación o una torcedura. Sin embargo, el tratamiento será el mismo hasta que los servicios médicos hagan las pruebas necesarias para evaluar la lesión.
Hay características que son iguales tanto en dislocaciones completas como en subluxaciones, que son:
- Dolor agudo e intenso, sobre todo al intentar mover la articulación o cargar peso.
- Zona hinchada y amoratada.
- Si hay afectación nerviosa, el afectado sentirá sensación de hormigueo y posible parálisis.
Pero en el caso de una dislocación, al ser una lesión más grave, además se observará:
- Deformación del miembro, que adopta una postura antinatural.
- Imposibilidad de mover el miembro.
- Posibles daños graves a los ligamentos, incluso siendo necesario el empleo de cirugía.
- Mayor probabilidad de futuras luxaciones, ya que los ligamentos se distienden y es más fácil que se vuelva a salir la articulación.
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