La artrosis es una enfermedad degenerativa que, con el paso del tiempo y los movimientos repetitivos, producen el desgaste del cartílago que sirve de “almohadilla” entre los huesos.
Este desgaste puede provocar dolor, inflamación, hormigueo, dificultad para realizar tareas cotidianas (por ejemplo, vestirse o peinarse) y deformidad en la articulación.
Esta patología se da con más frecuencia entre los hombres que entre las mujeres y, aunque es posible que aparezca en jóvenes (especialmente en deportistas), es más habitual en adultos por encima de los 65 años.
Una vez diagnosticada la enfermedad se valorará cual es el tratamiento adecuado: antiinflamatorios, corticoides, fisioterapia o cirugía.
Fracturas
Lesiones óseas
La fractura del hombro se produce cuando el hueso del brazo (húmero), la clavícula, o el omóplato (escápula) se rompen, lo que provoca un intenso dolor en el hombro y la imposibilidad para moverlo.
Generalmente son las caídas o golpes fuertes los que ocasionan este tipo de fracturas, aunque enfermedades como la osteoporosis también pueden provocar estas lesiones.
Al tratarse de tres huesos, las fracturas pueden ser de muchos tipos y cada una de ellas necesitará un tratamiento diferente, si bien todas cursarán con dolor, inflamación, derrames, pérdida de fuerza y dificultad o incapacidad para mover la articulación.
Una vez que el traumatólogo haya realizado un reconocimiento y las pruebas radiológicas necesarias, determinará el tipo de fractura de que se trata y el tratamiento más adecuado para cada una que, en determinados casos, puede hacer necesario el paso por el quirófano.
Luxaciones
Lesiones óseas
Cuando cabeza del húmero se “sale” –total o parcialmente– de la articulación es cuando decimos que se ha producido una luxación de hombro.
Es muy frecuente que la causa de esta lesión sean los golpes sufridos durante la práctica deportiva (gimnasia, patinaje, judo, ciclismo, fútbol…) y, por este motivo es habitual en adolescentes y adultos jóvenes.
Además de dolor, inflamación, deformidad de la articulación e imposibilidad para moverla, en algunas ocasiones se pueden ver afectados arterias y nervios, por lo que se deberá acudir a un médico lo antes posible y no dejar que nadie manipule el hombro.
El tratamiento variará en función de la lesión y el paciente, pero es relativamente frecuente que la cirugía sea la mejor opción en el caso de luxaciones recidivantes, es decir, que se repiten una vez curadas.
Manguito de los rotadores
Lesiones de partes blandas
El manguito de los rotadores son un conjunto de músculos y tendones que sujetan la parte superior del hueso del brazo (húmero) al omóplato (escápula), permitiendo que la articulación se mueva correctamente y el brazo se pueda levantar y rotar.
Estos tendones se sitúan en una zona muy estrecha que está rodeada por hueso. Esta disposición hace que, al realizar determinados movimientos, se produzca un roce entre ambos. Si este roce es continuo, con el tiempo los tendones se acaban inflamando y deteriorando e incluso, en algunos casos, llegan a romperse.
Además de los movimientos repetitivos, también pueden producirse lesiones por golpes, artrosis o enfermedades reumáticas.
Dolor, debilidad muscular y dificultad para realizar movimientos habituales de esta articulación son los síntomas principales de estas lesiones.
El examen del especialista, acompañado de las pruebas radiológicas necesarias, nos dirá cual es el alcance de nuestra lesión.
El tratamiento se basará en reposo, antiinflamatorios y rehabilitación, aunque en los casos más graves será necesario un tratamiento quirúrgico por artroscopia.
Reumatismos
Lesiones óseas
Haciendo una definición simple, genéricamente se denomina reumatismo a los procesos que cursan con dolor y deformidad en el sistema músculo esquelético.
No está claro cual es la causa de la aparición de la artritis reumatoide, pero se cree que puede tener un origen genético, y suele afectar en mayor medida las mujeres que a los hombres.
El síntoma principal es el dolor y la inflamación que resulta claramente visible, pero estos síntomas pueden venir acompañados de rigidez en la articulación y dificultad para levantar el brazo. Frecuentemente, el dolor es más fuerte con la actividad física y va empeorando progresivamente.
No hay que olvidar que se trata de una enfermedad articular, que también afecta a las estructuras exteriores (como tendones y músculos), por lo que su tratamiento será diferente en cada caso, desde la rehabilitación hasta la medicación oral, las infiltraciones o la cirugía.
Tendinitis del biceps
Lesiones de partes blandas
El bíceps es el músculo de la parte superior del brazo y está unido al hombro por medio de los tendones proximales. Si cualquiera de estos tendones se inflama o se irrita, se producirá lo que conocemos como tendinitis proximal del bíceps.
El uso excesivo del tendón, debido a la realización continuada o excesiva de movimientos repetitivos, da lugar a esta inflamación que provoca dolor y rigidez, dificultando la realización de algunos movimientos.
Aunque estos síntomas comienzan poco a poco, hay veces que un golpe o un pequeño desgarro pueden desencadenarlo de forma inmediata.
Jugadores de béisbol, nadadores o aquellas personas que realizan actividades que les obligan a levantar el brazo por encima de la cabeza de manera repetitiva, son muy susceptibles de sufrir este tipo de dolencia.
Seguramente una sencilla exploración por parte del médico sea suficiente para diagnosticar la lesión pero, en algunos casos, también se recurrirá a pruebas radiológicas.
Naturalmente será el traumatólogo quién señale el tratamiento a seguir por cada paciente pero, en general, se recomendarán antiinflamatorios, infiltraciones, reposo deportivo y rehabilitación.
Tendinitis y tendinosis
Lesiones de partes blandas
La realización de movimientos repetitivos con el hombro, el envejecimiento de los tejidos o la aparición de calcificaciones (pequeños cristales de calcio en el tendón) son la causa de la tendinitis de hombro.
Si los tendones inflamados no se curan adecuadamente, con el tiempo puede llegar a producirse una degeneración de los tejidos. Esta lesión, recibe el nombre de tendinosis.
Los síntomas de ambas dolencias son similares, lo que podría complicar su diagnóstico preciso. Ambos incluyen inflamación, dolor, rigidez y acumulación de líquido alrededor del tendón.
Este tipo de tendinitis se da frecuentemente entre los deportistas que practican tenis, escalada, baloncesto o natación, y también en aquellos profesionales que deben levantar el brazo frecuentemente para desempeñar su labor, como pueden ser los pintores, electricistas o carpinteros.
Una vez más, será el traumatólogo el que decidirá si es suficiente con cambiar algunos hábitos y hacer reposo, o son necesarios tratamientos con medicación o cirugía artroscópica para resolver el problema.
Fuente: columnaytraumatologia.com