La enfermedad de Genu valgo es la deformidad de las rodillas. Lo que sucede es que al quedar juntas, hacen que las piernas formen una X. La persona que lo padece no puede juntar los tobillos cuando está de pie, ya que las rodillas se chocan entre sí.
Esta malformación de las rodillas y piernas puede aparecer durante la infancia, entre los 2 y los 3 años. Aunque también en la adolescencia, sobre todo, en varones altos con pie plano. Sus inicios puede ser varios.
Puede aparecer por herencia familiar, por una fractura en el fémur, en la tibia o una lesión en el menisco externo. También por obesidad infantil y, en casos raros, por el reemplazo del hueso por tejido de aspecto fibroso (displasias óseas) o por raquitismo (ablandamiento y la debilidad en los huesos infantiles por deficiencia extrema y prolongada de vitamina D).
La persona que padece esta enfermedad, cada año que pasa se incrementa el desgaste en la articulación lateral conlleva que la deformidad empeora. Lo que se recomienda hacer en estos casos es un examen físico.
Este estudio analiza el estado muscular, la estabilidad de la rodilla y la localización del dolor si hay. También se realizan maniobras exploratorias para conocer el estado de los ligamentos. Y por último, es necesario pedir pruebas de imagen como radiografías de las piernas, rodilla y una resonancia magnética.
Cuanto antes se controle el Genu valgo, mejor. A partir de los 7 años puede plantearse una cirugía sobre el cartílago de crecimiento en la rodilla. En adultos se tiene que estudiar cada caso para plantear el mejor tratamiento.
En algunos casos se puede llegar a plantear la creación de unas plantillas personalizadas. Esto sirve para corregir el eje mecánico tras pasar por una osteotomía varizante.
En cuanto a medidas de prevención no existen, ya que es una malformación física. Pero quienes lo tienen deben mantener controlado su peso corporal y activos para mantener un buen tono físico. Se debe cuidar la salud de los ligamentos.
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