Durante más de 30 años, las ondas de choque han sido aplicadas con éxito para desintegrar cálculos en las vías urinarias. No obstante, actualmente las ondas de choque también se utilizan para tratar patologías del sistema músculo-esquelético, según explica la Sociedad Española de Tratamientos con Ondas de Choque (SETOC).
Según subraya esta entidad científica, estas ondas son capaces de regenerar tejidos de articulaciones, superficiales y profundas, de manera más eficaz que con terapias más convencionales. «Además de los resultados positivos en hueso y tendón, las ondas de choque están siendo eficaces en la regeneración cutánea. Actualmente, las ondas de choque se aplican en el tratamiento de lesiones agudas y crónicas de la piel: Úlceras por presión, úlceras venosas y arteriales, úlceras diabéticas, quemaduras, lesiones cutáneas post-traumáticas y post-quirúrgicas», agrega.
A su vez, la SETOC sostiene que aumentan el riego sanguíneo en la zona tratada mediante la estimulación de los factores de neo vascularización y crecimiento, a la par que reinician procesos de curación estancados en lesiones crónicas, o reducen los procesos inflamatorios.
«Ensayos clínicos en animales y los primeros estudios clínicos en humanos han demostrado también un efecto regenerativo en lesiones isquémicas del miocardio. El abanico de posibilidades terapéuticas de las ondas de choque seguirá aumentando en los próximos años», celebra la sociedad científica.
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