Cirugía percutánea en la corrección de deformidades de los dedos de los niños
Los dedos curvados congénitos son deformidades muy frecuentes en los niños, que afectan generalmente de manera simétrica en ambos pies, al 3º, 4º, y 5º dedo. El momento del diagnóstico, el grado y el número de dedos afectados, sin embargo, puede ser muy variable.
La deformidad de los dedos 5º. 4º y 3º suelen dar lugar a deformidades del 2º dedo y posteriormente a deformidades del dedo gordo (juanete). Típicamente, cuando el niño está de pie, los dedos se curvan uno debajo del otro, y no se ven las uñas.
Estas deformidades no suelen dar sintomatología clínica (dolor) en los niños, pero dejadas a su libre evolución, son causa de deformidades y dolores importantes en la adolescencia o en la vida adulta, precisando para su corrección, de intervenciones generalmente sobre los huesos de los dedos o de los metatarsianos (Figs. 8 y 9).
En los trabajos publicados en los últimos años sobre la técnica quirúrgica más adecuada para su corrección, aparecen técnicas variadas y en muchos casos complicadas y severas.
Desde 1992, hemos intervenido más de 1200 dedos curvados congénitos y hemos evolucionado en la técnica de corrección. Desde 1992 hasta 1998, utilizábamos la técnica quirúrgica que aprendimos en Dallas (Texas) con el Dr. Herring; la técnica consiste en hacer una incisión de 2 milimetros en la planta del pié, donde empieza el dedo, y a través de esta mínima incisión seccionar los tendones flexores. Desde 1998 hasta la actualidad, hacemos una cirugía percutánea con una hoja de bisturí «Beaver», con una puntura proximal al pliegue de flexión plantar de los dedos. Mediante micro-movimientos de adelante atrás y de derecha a izquierda, seccionamos los tendones flexores y no se coloca ningún punto de sutura.
Salvo algún caso particular, esperamos a que el niño tenga unos tres años de edad para corregir la deformidad. Antes de la cirugía, comprobamos que las deformidades se pueden corregir manualmente, en caso contrario se debe hacer la corrección asociando a sección de los tendones una sección de percutáneas de la segunda falange. Esta situación puede darse en niños mayores de 8-9 años.
Finalizada la intervención, se coloca un pequeño vendaje blando, que permite caminar al niño a partir del día siguiente. Los niños no precisan ni reclaman ningún tipo de calmante.
A los cinco días se retira el vendaje, y se permite caminar con el calzado habitual. A partir de este momento, se permite la actividad normal progresiva.
A medio y largo plazo, la corrección se mantiene y los pacientes pueden llevar una actividad deportiva propia de su edad y afición particular.
Fuente: teknon.es