Osteoporosis: un reto para el manejo de las fracturas

La enfermedad es considerada en el siglo XXI una epidemia y un problema de salud universal

Los cambios en la arquitectura ósea, provocan tengan menos resistencia, se incremente la fragilidad y la predisposición a fracturas de baja energía.

La osteoporosis, definida como la pérdida de interconexiones óseas y una estructura interna más delgada en los huesos, es en el siglo XXI una epidemia y un problema de salud universal que para el paciente implica mayores riesgos de fracturas ante una caída; y para los cirujanos supone serias limitaciones en la capacidad para la fijación interna.

Sobre qué opciones tenemos entonces para el manejo de fracturas en osteoporosis, fundamentalmente en el paciente geriátrico.

Este padecimiento no solo obliga a mejorar la mecánica de fijación desde el punto de vista del instrumental, sino del uso inteligente del implante que vaya a colocarse en el paciente, en tanto la osteoporosis provoca un agarre más débil de los tornillos, placas u otros dispositivos.

La realidad que hoy enfrentamos, es que una fractura por fragilidad es con frecuencia la primera evidencia de que el paciente tiene osteoporosis. Es justamente el ortopedista el primero, y muchas veces el único, que tiene contacto con la fractura por fragilidad, lo cual hace que sea este especialista la piedra angular en el tratamiento de la osteoporosis.

Cada tres segundos ocurre una fractura osteoporótica en el mundo, respecto a la prevalencia de este problema de salud, la osteoporosis provoca alrededor de 8,9 millones de fracturas anualmente. «Cada lesión de este tipo, incrementa al menos en tres veces, el riesgo potencial de sufrir otra fractura, por lo cual el mejor predictor de fractura por fragilidad es otra fractura de fragilidad».

Solamente en Norteamérica, unos 20 millones de mujeres están en edad de riesgo de padecer osteoporosis, y más de un millón de personas se fracturan cada año por fragilidad de los huesos. Los costos anuales de este padecimiento en Canadá en el año 2010 fueron de 1 900 millones de dólares. Para el 2050, se prevé que las fracturas de este tipo se dupliquen en el mundo.

Respecto a las lesiones más frecuentes según la edad, en el grupo entre los 50 y 60 años predominan las de radio distal (muñeca quebrada); entre los 70 y 80 años las vertebrales; luego de la octava década de vida las fracturas de cadera.

Es preciso entender la complejidad que suponen los huesos osteoporóticos, pues los cambios en la arquitectura ósea, provocan que tengan menos resistencia, se incremente la fragilidad y la predisposición a fracturas de baja energía.

Por demás, estas fracturas se asocian a una alta morbilidad y mortalidad; pero «no podemos ver la osteoporosis y las fracturas por fragilidad como parte normal del envejecimiento. La mayoría de los pacientes con fracturas por fragilidad no son tratados para osteoporosis».

Si bien, dijo, existen múltiples estrategias para mejorar la fijación en el hueso osteoporótico, la primera y más importante medida es prevenir esta enfermedad mediante la reducción del consumo de alcohol, cigarro, la práctica sistemática de actividad física, así como el evitar caídas, para lo cual el reajuste del entorno del paciente es vital.

El politrauma y control de daño, las fracturas del húmero, luxaciones del codo, o las lesiones del radio distal, las infecciones luego de la osteosíntesis, su diagnóstico y tratamiento, así como la consolidación de las fracturas fueron otras de las temáticas abordadas en el encuentro.

La discusión entre colegas de varios casos facilitó que fuese este, un evento de doble vía para el aprendizaje compartido entre sus participantes sobre los principios en el diagnóstico y tratamiento de las lesiones músculo esqueléticas, y cómo enfrentar las diversas complicaciones que se presentan, donde la planificación preoperatoria, enfatizaron, es fundamental.

El seminario les dejó a los participantes dos días más que provechosos y varias lecciones: una regla esencial para la fijación de fracturas es no perder el sentido común, porque más que de implantes o dispositivos de última generación, se trata de tener cirujanos de última generación, los que siempre están en constante superación.

Fuente: granma.cu

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